Resumen:
Los avances en la ingeniería sísmica se dan a jalones, definidos por la ocurrencia de un gran sismo, generalmente de consecuencias nefastas, que pone de manifiesto diferencias, a veces importantes, entre el comportamiento real de las estructuras y aquel que teóricamente se preveía; y que también recuerda la importancia de cumplir con los principios de la construcción antisísmica que, no por conocidos, se respetan más. Así ocurre en todos los países que enfrentan este problema y así ha ocurrido en México, donde en 1957 y en 1985 después de sendos macrosismos ha sido necesario promulgar nuevos reglamentos para la construcción de edificios, que pretenden reflejar nuevas experiencias adquiridas y establecer disposiciones que eviten, en el, futuro, los daños más graves observados.